[vc_row][vc_column][vc_column_text]Un influencer es una persona que cuenta con credibilidad sobre un tema concreto y, por su presencia e influencia en redes sociales, puede llegar a convertirse en un prescriptor muy valorado para una marca. Quizás por ello, para muchos jóvenes (y no tan jóvenes), subir un contenido audiovisual a las redes sociales ha dejado de ser un entretenimiento cotidiano para convertirse en una forma de vida, un objetivo con el que labrar un brillante y exitoso porvenir económico y social. Pero no es oro todo lo que reluce…
Y es que los datos hablan por sí mismos. El 56,5% de las marcas españolas encarga sus campañas con influencers (estudio de Brandmanic, 2018), destinando importantes cantidades económicas para ello. En los últimos años, España se ha situado a la cabeza de Europa en el uso de programas de ‘influencers’ (barómetro de Hootsuite de 2018) y en los medios de comunicación se habla continuamente de este fenómeno de masas.
Ya no basta con subir varios contenidos al día más o menos divertidos o atractivos. Ahora, muchos adolescentes sueñan con que esas publicaciones que suben a sus perfiles sean compartidas por miles, cientos de miles de usuarios virtuales para que lo conviertan en tendencia y conseguir así un nombre dentro del reino privado y privilegiado, al menos en teoría, de los influencers.
Pero los sueños, “sueños son”, como escribió el bueno de Calderón de la Barca. La realidad es otra, a menudo bien diferente. En muchos casos, esas ansías de transformar el sueño en realidad se paga caro. Provoca frustraciones que hay que prevenir desde un principio. Y eso es lo que ha pretendido transmitir David Ruiperez con su último libro, “Mi vida por un like”, una obra dirigida “a padres y profesores para que comprendan cómo utilizan los jóvenes las redes sociales”, destacó su autor durante la presentación que hizo del mismo ante los alumnos de ESO del Colegio Amanecer.[/vc_column_text][vc_single_image image=”2521″ img_size=”full”][vc_column_text]David comenzó su charla explicando a nuestros estudiantes qué es un influencer, los tipos que hay, así como los peligros que puede ocasionar el dejarse llevar por una realidad virtual que no se corresponde, “ni mucho menos” con la vida real: “Lo primero que se nos viene a la cabeza pensando sobre los influencers, es que tienen fama, dinero, un trabajo muy divertido…y la realidad no es así. Su vida no es tan bonita como parece, hay mucha apariencia y mucho trabajo detrás, que agota, que frustra y que no siempre es gratificante. Hay varios casos de reconocidos influencers que han tenido que dejarlo por no aguantar esa presión”, apuntó David.
Y aconsejó, para aquellos que tienen como sueño y prioridad ser influencer, “utilizarlo como un complemento de tu vida o un trabajo extra. Si quieres intentarlo, adelante, pero siempre sabiendo dónde te metes y las consecuencias que puede generar”, advirtió.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_custom_heading text=”Las redes sociales no pueden ser una barrera en nuestra vida” use_theme_fonts=”yes”][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]Tras ello, nuestro invitado afirmó que los medios sociales “no pueden ser una barrera en nuestra vida y empiezan a serlo. No puede decepcionarnos el hecho de que un contenido no guste a esos amigos virtuales que tenemos y no conocemos de nada. La amistad es más compleja e importante que un like”, subrayó.
El escritor y periodista madrileño destacó que “el mal existe, por lo que no le ayudemos a encontrarnos. No le contemos nuestra vida, no mostremos alegremente nuestra imagen, nuestro día a día…con ello damos muchas pistas a gente que no siempre actúa de buena fe y a la que no conocemos de nada. Hay que ser consciente de lo que se sube, porque lo que publiquemos puede tener consecuencias en nuestra vida real. Y por otra parte, no utilicemos las redes sociales para molestar o meternos con alguien porque haya subido un contenido”, apuntó.
Para concluir su didáctica y entretenida charla, David Ruiperez enumeró una serie de consejos para no poner en peligro la privacidad y la seguridad del individuo, entre los que destacó los siguientes:
- No te inventes una nueva vida. Hay que ser auténticos “porque parece que en las redes sociales nadie tiene defectos. No es creíble”.
- No retransmitas tu vida. El que lo hagas cada minuto agota y no le importa a nadie.
- A tus amigos les puedes tocar. Las redes sociales nos hacen “conocer” a muchos usuarios pero los amigos de verdad están en la vida real. Disfruta de la vida real y ponte lo justo en el escaparate virtual.
- No es mejor el que tiene más seguidores.
- No seguir ciegamente a influencers. Las ideas y la creatividad es lo más importante.
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